jueves, 24 de julio de 2008

The view inside (y desde un balcón).

Llevo unos días queriendo y no pudiendo.
No, para nada estoy constipado y prefiero el yogurt natural al de ciruela pasa.

Tenía dos temas en mente para escribir algo (for the sake of doing it) pero no.
Uno me sonaba en extremo pretencioso, el otro totalmente personal y por ende del menor interés para quien caiga y lea.

Pero mientras, voy a contar de qué se trataban.

El primero era sobre las distintas formas de lidiar con las prohibiciones para fumar que tienen, obvio, los que fuman.
El segundo era hablar de que fumo y cómo estoy lidiando con las prohibiciones para fumadores y con bajarle cada vez más...

Ninguno me pareció interesante hasta que me dí cuenta de la orientación de los tres lugares donde en los últimos meses recuerdo en particular haber salídome a fumar.
El primero fué en Buenos Aires, el segundo en NYC y el tercero en el balcón de su humilde casa.
Lo curioso es que en tres lugares distanciados por miles de kilómetros pensaba exactamente lo mismo.
El sol va de oriente a poniente sobre esta calle, entonces es la calle la que tiene esa orientación, entonces son paralelas las tres calles, o sea que mi casa está para...

Tres países, tres excepcionalmente inútiles momentos me llevaron a la sorprendente observación de que era yo la misma persona fumando en exactamente la misma orientación.

Esto del Feng Shui pueque sea, no sé lo suficiente al respecto como para negarlo. Lo que sí confirmo es que podemos cambiar de lugar, de entorno, de situaciones, etc., pero nunca dejaremos de serle fiel a nuestra esencia... La forma de dormir, la mesa del restaurante, la posición del Sol que nos gusta, el voltear y ver la Luna cuando es llena y olvidarnos de ella el resto del ciclo. Esto último es quizás porque brilla más y es más obvia, pero sigo creyendo que me jala a verla, porque siempre tiene algo bueno que decirme...

Y como en efecto no cambiamos los sentimientos sino sólo la forma de afrontarlos, una llamada de felicitación me hizo recordar que aún se extraña a quien se quiere, más cuando no se puede verlos con tanta frecuencia.

Para la Luna es de 28 días, para los humanos quizás el proceso de brillar lleve algo más de tiempo.

Como dije al principio, realmente no tenía nada que escribir.

ILuVIuM.

2 comentarios:

GENTE COMO UNO dijo...

WOW Bro Welcome Back!!! jejjeje No importa lo que escribas, nunca dejes de hacerlo pues siempre Brillaras con ese Enorme Corazon!!!

sasi dijo...

Nunca jamas dejes de intensear mi querido, no me dejes sola en esto de observar y escribir y de sacarle jugo en palabras a todo.

Me gusta esa observacion de fumar con la misma orientación.... que locura.... cuidate, besos